Reflexión de la falta de ...

Hace pocos días tuve la oportunidad de compartir con mi abuela en esas comidas familiares, especie de mesa "té club", en donde ella me contaba de sus historias personales en aquellos años antaños del siglo pasado. El simple hecho de vivir en el campo en una casa patronal, atendiendo a sus "patrones", recogiendo y barriendo cuanta cosa que estuviese en el suelo, sumando además, la crianza de un total de nueve hijos y viviendo en el vaivén de lo justo para el mes; me hizo pensar en cómo eran esos tiempos difíciles en donde se debía luchar por las cosas básicas y medias, en lo que respecta a las personas de bajo recurso, y poder entregar cada día un sorbo de lo que es la vida. Alegrías, penas, desafíos, lucha, fuerza, destreza, entre otra característica más, sus hijos hicieron un gran progreso en sí mismos para poder salir de donde estaban. Las circunstancias de la vida pudieron dar suerte en las ánimas de cada uno de los que integraba la familia, pudiendo así, recoger raíces que son fruto de lo que son hoy. Pues, la vida realmente es complicada (como dice mi abuela) pero, a pesar de aquello uno siempre debe vivir hasta el último concho... Recuerdo que cuando vi sus ojos, fue como un cortometraje de su vida en segundos, mientras su mirada bajaba al suelo. Respiré y entendí que las cosas hay que valorarlas desde su origen a pesar de lo que hayan sido, admitirlas y no olvidarlas. Entonces, ahí yo pensaba mientras la abrazaba, en cómo han cambiado los tiempos. Nuestro mundo tan dinámico; intranquilo y estresado; de la información; la imagen; del cambio constante; lo reciclable; lo vacío; lo subjetivo; y, cuanta cosa más al respecto. Se encuentra tan relativo y alejado del pasado que sólo busca mirar en el futuro: crea e imagina nuevas formas de todo tipo (en el aspecto de la técnica); por otro lado, se ve nefasto en el punto del pensamiento intelectual porque, se han dejado de lado los intereses. Se opta por lo fácil y ojalá, no pensar; una especie de que sea todo automático y así facilitar mi vida (sobre todo en el tiempo). Lo peor de todo es que nos estamos acostumbrando a esa forma de vida. ...sólo opté por acariciarla y decirle a mi abuela "estos tiempos son sólo aparentes, es un sueño en donde a los hombres les gusta competir y crear nuevas cosas para su vida, pero que en verdad, ni siquiera ellos terminan conociendo por completo aquellas artefactos, hechas por ellos mismo. Pues, su trastornada idea de que les está faltando tiempo, ha terminado llevándolos a una exacerbación de la cual no pueden controlar, puesto que, en el fondo estas personas tratan de encontrar un sentido a corto plazo con extrañas creaciones en su mundo material". Ella tocaba de mi mano mientras cerraba sus ojos, pués, ya todos los invitados se habían ido debido a que algo debían hacer. Estaban cortos de tiempo.