¿Quién recoge los pedazos rotos?
¿Quién devuelve la sonrisa triunfante?
¿Quién recuerda sin derramar una lágrima?
Un día estuvo todo en el mar,
Teníamos peces y trabajo para llegar sin novedad a nuestras casas,
Hasta con pan y otro víveres.
Quizás, faltaban cosas menores…
Gustos banales que endeudaban más nuestros bolsillos,
Bolsillos de salud.
Creíamos que nada cambiaría,
Porque siempre ha estado todo ahí.
Quieto, furioso, silencioso y precavido.
Pues… Ya no.
No fue más así.
El rugido tembloroso arrasó, derrumbando la ciudad completa,
Dejando huellas en sus pasos,
Dejando rostros cicatrizados.
Entró,
Bailó su danza natural mientras todos agitaban sus brazos y piernas…
Corrían a la cima, a las grandes alturas…
Él, simplemente bailaba.
Comía y devoraba cuanto pudo encontrar en su camino.
Sus pasos se veían a kilómetros,
Kilómetros, kilómetros y kilómetros.
.::. Leef .::.
Fuente de la imagen: Josa y sus cuentos
2 Mirones:
Bella poesía, es muy sensible,
Gracias por visitar mi sitio.
Besos.
Sensible que llega al alma.
Saludos, Diego.
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