"Sin mujer, la vida es pura prosa".
Rubén Darío

Polis de furor


Polis de furor
y los sujetos siniestros
irreconocibles
elevaron su voz
desde eso que llamaban
la alegoría de una derrota

Perdidos
en esa trágica acepción ideológica
que tomaba la ciudad por todas las esquinas

Nunca un color tan destellante
nunca un carnaval tan provocativo
y paranoico

Ellos
los que entraban desde otra dimensión
cabalgando sobre otras historias
venían con antorchas a incendiar la noche
haciendo vibrar los adoquines
venían a estremecer los edificios
pues su luz
nunca se abrió más paso entre la niebla
sobre lo escabroso
pues sus miradas relampagueantes
nunca habían prometido
una estética tan revolucionaria de sí
ellos invertían el caos a favor suyo
arderían la ciudad si fuese necesario
todos envueltos en llamas
transgrediendo los márgenes de sus propias escrituras
todas utopías
todas disolución
para mirar un horizontes en blanco
que no eran sino atisbos de sueños

Esos sujetos siniestros entonces
todos teóricos
irresponsables
descentrados
ya no gozaban de ese amanecer
todo placebo
de ese escándalo vendido
de esas balizas institucionales

Ellos querían algo espantoso
revolcarse en esos crímenes
leer en ellos
ese hermoso goce contrariado
de sus armas paranoicas

Nótese ese vigor
nótese esa bulla
nótese el ardid de su propia política
descentrada
toda esa épica
todas esas historias
donde también yo estaba
leyéndome a mi mismo
desvaneciéndome en una escritura
de palabras y disparos

Aquellos húsares trágicos
dejaron de llorar como pendejos
con sus pañuelos atados al cuello
flotaron en el aire púrpura
porque sentían una y otra vez
la misma derrota
el mismo desierto de lo real

Todas sus huestes desgastadas
tras el humo lacrimógeno

Aquellos sujetos
golpearon tantas veces
contra la patria
que cada estocada
se volvió imposible

La caravana entonces
se disgregó
partieron todos su trágico rumbo
atomizados
sintieron por últimas vez que esa patria enferma
eran ellos mismos
y no duraron NO
en escupir esa palabra

Por eso yo cantaré
esta última sátira utópica
con una antorcha en la mano la cantaré
abriendo toda la noche
no dejaré que las calles de esta ciudad
se derrumben
la haremos antes finalmente estallar
y eso como una convicción
que nosotros siquiera advertimos

Serán aquellos núcleos paralizantes
víctimas de un poder vertiginoso

Ahora corren esas llamaradas por el pavimento
y toda la metrópolis
parece abrirse y estallar en pedazos

De pronto
me convertí en esa ciudad invisible
de noche
todo brillante me levanté
entre ese laberinto ciudadano

Y en el horizonte
entre las luces surgió en galopes
el rumor de la caravana

Cabalgué por la ciudad a oscuras
todo honor y toda gloria
aventuré esos malos presagios
porque en mis manos se incendiaba una luz
circulando en entre los rincones
de esas calles
como llamaradas en las penumbras
de una ciudad tristemente alegórica

Allí
donde vimos desvanecer nuestras adolescencias
bellas y utópicas
por esas instituciones / balizas en nuestras cabezas
nosotros encontramos la intriga
de las caravanas de furor
sus temblores
los trágicos restos
de aquellas historias imposibles
y disidentes

Detrás de todo ese odio
detrás de toda esa violencia
abrimos una luz
que no era sino una lucha delincuente
una resistencia
una lectura ilegal
a todas esas historias ciudadanas
que una vez me cegaron
y hoy no
hoy no
hoy no

Leímos sus estrategias
pero tuvimos unas formas
más bellas y oscuras
más peligrosas
de leer su crimen

Leí crimen
leí crimen
leí crimen

Y la extensión de toda esa cartografía
ciudadana
se cubrió de ese furioso amor
estallado

Me encontré de pronto leyendo
las historias de todos mis delitos
las historias de mis robos
sus genealogías por mi "cerebro enfermo"
las novelas policiales que de allí
se ramificaron
las páginas de una crónica roja
que protagonizamos con todos mis amigos
esa pulsión constante
esa paranoia de cámaras
que fueron mis ojos
esos escapes
esas políticas que alguna vez considere incendiarias

Se abre también la cartografía
de un pequeño terrorismo
la de unos sujetos siniestros
e imposibles
que hicieron de sus estallidos
una estética de sí
desafiando alguna vez esas argollas
que marcaron para siempre sus brazos
se entra a veces en la cárcel
como quien va hacia el interior
de esas historias profundamente cotidianas

Pero el poder de la ciudad sobre mí
fue como ver acribilladas mis desgastadas ilusiones
como si quemaran todos los espejos
donde mis rostro cortado se pudiese mirar
con los ojos encendidos
fue como si me apuntaran
con esos cilindros
sobre mi cien estrellada
pero no lo dejé no
y escapé disparándoles a todos

En verdad una vez deseé escribir un poema policial
y en lugar de eso
puse un revolver en las manos de mis mejores amigos

Porque también desesperé
y lo quise incendiar todo
porque de un momento a otro me vi solo entre las calles
y entre el vértigo
vi caer esta bella ciudad envenenada

Comencé por asesinarme
y tajié mi cara
esta cicatriz que tengo en la mejilla
fue parte de una política en mí
fue parte de una muerte dislocada
porque de pronto la poesía estuvo para mí
más que nunca en ese riesgo
en los ecos de una violencia
donde yo aguardaba a salir
con todas mis armas
por reventar la metrópolis

Parecía la canción de una venganza
la canción de un asesino
que mira tras un acuario
mientras llueve en la ciudad
a tempestades

Por fin me sacudí todas esas imágenes
y cabalgué entre la niebla
tras la aurora

Y mi entrada solitaria por las calles
y el temblor de los adoquines
fue un presagio
los ecos de una venganza hermosa

todo destellos
me abrí entonces paso entre el viento
contemplando el vértigo
de todo ese mapa urbano
esquizoide

Iré detrás de ti
como si fuera tras un sueño
dentro de toda una confusión de memorias
que estallaron

Porque mi fe era desastre
un incendio
una revolución a tiendas silenciosa
una calamidad subterránea
donde todas mis voces tendrán su muerte
porque salieron sin temo
entre hogueras invisibles
a quemarse entre la noche

Por eso es que no arrojo este revolver al suelo
por eso es que las balas de mis ojos
no maldicen el silencio de una venganza
que no es sino mi huida
un coraje delicado
un estallido que reviente en mis ojos

Porque dejo atrás
esas calles
los rincones
entre todos los escombros
las orillas de un vértigo peligroso
entre las cuatro esquinas
donde alguna vez se prendieron los neumáticos
y yo me refugié en la noche

Tengo estas adargas en mi mano
atravesaré con ellas el corazón de la república
y eso será sólo un gesto
una saeta viajando
al interior de lo imposible

Por Rafael Farías Becerra


Extraño despertar


Despierto intranquila con sudor en la frente, manos y seno. No hay ruido, aunque los perros se están acercando. Ladrarán, losé. Veo la luz encendida de al lado, "imposible" digo. Calculo el tiempo de mis latidos y mis pies están fríos. Nadie ha venido, la cosa está como estaba. "Imagino que los semáforos están en verde". ¡Qué ridículo! Están ladrando los perros de la vieja ecléctica. Aprieto mis pies y los muevo para calentarme; "sí, resulta". Morado, rojo y verde se ven mis manos, pésima circulación y aún no voy al doctor. Tic-tac me está acompañando pero la cama se mantiene fría. Me ordeno el pelo y me hago una cola. "Estoy esperando..." Miro hacia arriba y abajo y el tiempo parece no avanzar. No te veo. Sí, no te veo. ¡Qué descuidada he sido, no sé cómo encontrarte! No puedo levantarme, el frío recorre más y ya no puedo hablar. Dolor intenso. Dolor extraño. Incomodidad de un movimiento balanciándose en mi cuerpo. Mi brazo y cara se mueven. ¡Oh! "Amor, eres tú. Pensé que esta vez iba a ser la última vez que respiraba sin ti, a tu lado".

Dime qué ha pasado en este tiempo extirpado

Dime qué ha pasado en este tiempo extirpado. No consigo descansar mis sueños porque en cada gota de recuerdo tu imagen cae sobre mis sábanas. Cómo pude pensar que estarías conmigo pasando las tardes debajo de un árbol y leyendo algo más. Dudé instantes, dudé minutos, dudé horas y dudé meses creyendo que era cierto, me equivoqué. No estás. Logré mirar la pieza… Aún estaba tu olor de anoche y ni siquiera lo has dejado para siempre. Eres desgraciado, eres infame y eres descriteriado. Jamás debí caer en tus palabras bañadas de chocolate, tan dulces y excitantes que sólo hicieron caer rendida a ti.

Dime qué ha pasado en este tiempo extirpado. Lograste abrazarme en los momentos más tensos y ahora me dejas como un ave al viento. No te perdono. Ni sueñes que lo haré, porque este corazón ha dejado de latir y ni pizca del sentimiento anterior está en pie. No vengas a pedirme un beso más, mira que sufro un instante fugaz. Mejor, respóndeme por qué a este abandono que aún no consigo respuestas tranquilas. Me tienes en el suelo. Me tienes sin sueño. Me tienes apretada de manos con la impotencia de no entender lo que sucede, si hubiese sido todo distinto, si hubiese sido yo la que huiría no tendría mi alma apretada y corrompida por este corazón que disminuye su latido. Siento tu ausencia por mi espalda, cada vez helada y cuestionada a la helada de la noche.

Dime qué ha pasado en este tiempo extirpado. No logré decir te amo en el momento que nos acostábamos. Me di media vuelta y apagué la luz. Pensé en mis problemas y en la cotidianidad de mañana. Jamás pensé que al otro día, en el momento que sonaba el despertador, tu cuerpo no me acompañaría para comenzar de nuevo. No estaba preparada y no sentía las fuerzas suficientes para mirar el sol y decir: -“Soy un fracaso arrojado entre sábanas una vez más…”.

Modigliani y "Jantet"




Amadeo Modigliani fue conocido y famoso después de su fallecimiento. Artísticamente, es uno de los más grandes pintores europeos y, sin duda, auténtico exponente de la verdadera inspiración como fuente creativa.

Comparto estas obras con ustedes porque considero que en ellas se logra captar el alma y la pasión de ella... "Janet". ¿Consideras que es así?

Amadeo Modigliani was know and famous after his death. Artistically, it is one of the greatest European painters and undoubtedly authentic exponent of true inspiration as a creative source.
I share these works with you because i believe in them captures the soul and passion of her... "Janet". Do you think that is?

Queda poco

Colores intensos y vivos

Despiertan la dicha sonrisa,

Mientras el camino asombra

La tibieza del sol suspira.


Letreros y señalética

Se cruzan en mi camino,

Disminuyo y aumento la estaca

Que atraviesa en mi mano.


Prosigo y continúo,

Porque kilómetros aún quedan.

La cifra es un dúo,

22 kilómetros me separan.

Mi hogar allá

Y yo acá

Con la cara en alto.


Ya pronto llegaré.


.:.Escorpión Leef.:.

Natura

A veces tengo ganas de volar. Ver cómo es la vida desde arriba; con ese aire peculiar que sólo unos pocos lo pueden llegar a tomar… Respirar, inhalar cosas… Sin pensarlas. Solas viven esas especies en el aire mientras nosotros habitamos el suelo. Lo maltratamos y lo llenamos de odio. Olvidamos observar aquellos elementos que son reales y palpables. Los estamos oliendo, sintiendo y viviendo al mismo tiempo que estamos en este hábitat.

Sentir como esa fiebre loca de truenos se dispersan a lo lejos de donde estoy me retorcija. Sus rayos bailando con el suelo hacen el panorama más deleitante, más natural y más arriesgado para nosotros. Entre la batalla de lo real y lo súper poderoso. Ahí es cuando el abismo de ideas llega. Observamos…y mirada baja.

El sonido de los grillos a lo lejos demuestran su intranquilidad. Los pájaros tehuelches que están gritando en el cielo muestran su miedo al volar. Las ovejas corren una tras otra para poder acaparar su instinto. Y yo, mientras tanto, observo a lo lejos. "El ambiente es inesperado con ese aire caliente y esa brisa que se le adjunta sin permiso".

Truenos – ¡ban!- más truenos. El cielo caerá al suelo. No puede y no debe, son dos cosas aisladas y no pueden estar juntas… ¡No!.. Basta.

El bebé llora a la distancia. La gente grita alborotada. Los pies descubiertos, las piernas descubiertas, el cuello descubierto y la boca abierta… Un asombro y una discordia a lo que sucede.

Terremoto en Chile


En la madrugada del sábado 23 de febrero, a las 3.34, el piso de mi cabaña en el sur se movió. Empezó lento y luego ¡bum! Fuerte, como la lava que salía del volcán Villarrica al otro día del terremoto. Se cortó la luz, no podía hacer llamadas y las radios chilenas cayeron al suelo con la conexión. Yo, en la Región de la Araucanía, me preguntaba dónde es el epicentro. Si habrá sido más fuerte o no y cómo estaba mi familia. No se sabía nada. Era un milagro que la llamada pasara por el celular.
Las únicas emisoras que empecé a captar, junto con mis padres y prima, fueron las argentinas. Gracias a los vecinos logramos saber qué estaba pasando en este mundo. Hablaban de un sismo fuerte, donde "parece" fue en Chile su origen. Yo histérica por la poca señal mi papá fue a crear una antena para el auto.
Todos dentro del vehículo, en una noche que no hacía frío y que nos habíamos acostado tarde por el "Festival de Viña del Mar". Reímos harto y hasta bailamos mientras veíamos la televisión. Luego, cada uno se fue a refugiar en la cama para dormir. Yo, con la luz encendida, estaba estudiando teoría política. Leyendo unos autores estúpidos que estaban haciendo fundir mi cerebro y luego todo cambió. Todo fue un giro de 2 minutos... Una central estadounidense que ve los sismos hablaba de 8.8 en la escala de Richtell. Mi corazón latió más fuerte al momento de saber que el epicentro fue en Concepción (a noventa kilómetros de la ciudad en Conquecura, un pueblo pequeño). Y luego, informarme que un tsumani arrasó allá.
Boca abierta y agradecida por estar bien, no cerré ni un ojo en todo ese día. Sentía dolor, mucho dolor y costernación por la cantidad de personas muertas y damnificadas.

Un amigo me decía hoy: "Pero que pequeños somos, ni nos damos cuenta de lo fragil que es todo"

(*) Las réplicas aún siguen.


Terremoto en Chile

Mi país está triste y yo.

 
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